Por Rafael Ornelas R.
El presidente del Gobierno de México, Andrés Manuel López Obrador en su desgastada matutina del lunes 9 de marzo, un día después de la manifestación más grande de féminas en la historia de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, inicio con su agenda, sus prioridades e ideología. “Vamos a empezar”, dijo, con los precios” de las gasolinas, la subasta de bienes en Los Pinos, los avances en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía y su opinión sobre la manifestación de las féminas Mexicanas no daba luz en sus vocablos y elucubraciones.
Es evidente la necesidad de comunicar “casi acostado” sus prioridades de turismo colonial y prehispánico en su visita al Estado de Zacatecas y que hizo público a través de su cuentas de redes sociales, demostrando con ello su desdén al reclamo urgido de millones de mujeres que viven en el miedo y la zozobra emocional por tanto asesinato aberrante en contra de jovencitas y niñas en los últimos años en este país.
Hubo un momento en que tuvo oportunidad de mandar un mensaje de apoyo y solidaridad hacia el movimiento de mujeres, cuando le preguntaron si crearía una fiscalía especializada contra el feminicidio, como se le demandó en las recientes manifestaciones, pero respondió: “¿Para qué queremos una fiscalía si todos los días estamos trabajando para garantizar la paz y la tranquilidad?”.
Una compañera reportera insistió: “Pero una estrategia específica”. Respondió: “Esa es la estrategia”. Y le replicó: “¿Tiene algún nombre, Presidente?”. Y le dijo: “Bueno, el combate a feminicidios”.
La probabilidad de un cambio de timón en cualquier estrategia que minimice, atienda y mínimamente resuelva los feminicidios en este país es poco probable, y con los ejemplos físicos y reiterados de abrazos colectivos en medio de una pandemia declarada por la OMS originada por el (COVID-19) pareciera que el único interés del Presidente López Obrador es dejar un legado de cualquier índole y al costo que sea, su interés no es la situación grave de la mujeres de este país, el (COVID-19), la moneda mexicana en franca caída y el gobierno de Trump decidido a actuar unilateralmente ante los espasmos de los funcionarios de salud del Gobierno de México; es más importante el sueldo de un consejero del INE, lo que se come en su tour republicano, que resolver y atender los problemas económicos, sociales y de seguridad que incendian este país.
Es urgente se haga frente a estas bombas de tiempo, a esta tormenta perfecta que cae sobre suelo mexicano desde todas las trincheras posibles, hoy las mujeres valientes de este país que antaño acompañaron a los soldados de la revolución, alzan el grito de guerra y dudo que al Presidente López Obrador le quite el sueño.
Al tiempo…